-¿Vas a salir a robar?
Un hippie a otro a punto de irse a trabajar, haciendo alusión a la pobre calidad de su espectáculo o trabajo.
Las maneras de hacer plata viajando de las que he sido testigo, presencial o de oídas, son de lo más variado, creativo e inverosímil. Estos hippies son capaces de cualquier cosa para robar obtener dinero de los pobres transeúntes, pasajeros, o conductores. Aquí detallo las que me acuerdo, con todos sus exuberantes matices:
- Música: Una de las actividades más conocidas. El instrumento más frecuente por lejos es la guitarra, pero también se ven otros de cuerda como charango o ukelele, de viento como la quena, flauta o incluso didgeridoo, y algunos tambores, como el djembé. Incluso he presenciado simplemente un parlante y un micrófono, y el artista en cuestión solo canta sobre una base. Es un trabajo que da bastante versatilidad, pues en ciudades rinde tanto en micros, restaurantes, como lugares públicos estratégicos (Ej. la salida de un supermercado), y en pueblos siempre quedan los restoranes. Paga muy bien, y con un rato al día ya es suficiente, aunque si se está en un pueblo chico o con muchos músicos puede que haya que trabajar en turno de almuerzo y cena para cubrir el día y tener para tomar algo.
Pros: Versátil, paga en ciudades y pueblos.
Contras: Requiere cargar y cuidar el instrumento.
Tips: Restoranes en viernes y sábado por la noche, los borrachos son buenos pagadores. Si el talento no acompaña, un elocuente discurso sí. - Malabares/Clown: La amplia categoría de los artistas del semáforo, y quizá donde se ven las cosas más inusuales. Lo común es que el artista tenga su set de pelotitas, clavas o similares y ejecute sus malabares en alguna luz roja que tenga autos constantemente en cierto rango horario. Paga bastante bien, y la ganancia se incrementa según la habilidad del malabarista y dificultad aparente de su ejercicio, especialmente si utiliza fuego. El malabar con fuego en un buen semáforo es probablemente una de las mejores sino la actividad mejor pagada del
hippie piojentoviajero.
En esta categoría entran también los clown, es decir, quienes solo hacen payasadas en el semáforo, sin demostrar destreza específica alguna, pero una gran personalidad. Destaco aquí a los malabaristas de objetos invisibles, que son aquellos que fingen hacer malabares sin tener realmente nada entre manos. También al tipo con dos grandes muñecos de trapo en la espalda, que cuando da la luz roja apoya las manos en el piso y ejecuta movimientos con ellas y sus pies, simulando los pies de los muñecos de trapo como si estuvieran bailando. Y por supuesto, al hombre que sale al semáforo con una bata y un gorro de ducha, y simplemente simula estar duchándose, jabonándose, que se le caen las cosas y se resbala, y luego pide dinero por eso. Y le dan.
Pros: Fácil de aprender y conseguir los materiales. Incluso puede no requerirse habilidad alguna.
Contras: No sirve si no hay semáforos (pueblos).
Tips: Recorrer la ciudad lo suficiente hasta encontrar el mejor o un buen semáforo (dos o tres carriles y unos 30 segundos para hacer show). La hora punta de la tarde suele ser mejor que la de la mañana. - Artesanía: Por lejos la ocupación más recurrente entre los
vagos evasores ilegalesviajeros. Generalmente con macramé, desde lo más básico (punto colombiano) hasta las más intrincadas figuras, según la experiencia del artesano. También hay quienes trabajan alambre, serigrafía, pintura, piedra, metal y una gran variedad de cosas. Los métodos principales son dos: si se trabajan aros, collares o adornos varios, se tiene un paño que se pone en el piso en algún lugar público que sea concurrido, y donde no te expulse la policía. Si se confeccionan solo pulseras, una estructura circular donde amarrarlas (manguero) y vender de manera ambulante es la mejor opción.
Aquí la ganancia varía mucho, dependiendo sobre todo de la complejidad y estética de la artesanía y del carisma del artesano. Están aquellos que venden mayoritariamente punto colombiano a bajo precio, y los que se dedican a hacer verdaderas obras del arte manual que se cotizan alto, pero venden menos.
Pros: Lo más versátil, paga en ciudades, pueblos, o incluso lugares turísticos no poblados como parques nacionales o playas, mientras haya los suficientes turistas.
Contras: Generalmente se debe trabajar bastante vendiendo (más que con el malabar y la música), ya sea por cantidad o calidad para hacer un buen día, y puede no pagar mucho.
Tips: Desarrollar mucho el chamullo de lo que significan los colores de las pulseras o cualquier cosa, con tal de vender un concepto más que una pulsera o manualidad. - Comida: Una forma no tan popular de ganarse la vida entre viajeros, pero que todavía persiste. Consiste en cocinar algo apetecible y rápido, y salir a comercializarlo en algún punto neurálgico fijo, o de manera ambulante. Lo más común son empanadas, alfajores, y panes hechos con masa saborizada con algo (ajo, perejil, aceitunas, cebolla, plátano, etc.). Tiene la ventaja de que se puede hacer en cualquier parte, pues la gente nunca dejará de comer, pero requiere mucha dedicación, y a veces el margen puede ser poco, y la competencia local, mucha.
Pros: Puede resultar en cualquier parte, ciudad, pueblo o lugar turístico.
Contras: Requiere un alto nivel de trabajo, y puede necesitar una cocina u horno disponibles.
Tips: El horario de venta es crucial, siendo la hora de la merienda probablemente la mejor. - Otros: La creatividad
hippiehumana no tiene límites, y como dicen por ahí, el hambre es muy astuta. Recogemos dos casos:
Un tipo al que le robaron la guitarra y no tenía nada fue a una iglesia, consiguió algo de ropa “formal”, consistentes en un saco, un pantalón de vestir, una corbate, un sombrero de copa, un bastón, y tres pelotitas de no sé qué. Se instala en la plaza principal, pone tres latas vacías en fila, y una línea en el piso a cierta distancia. A la gente que pasa leschamullahabla mientras gira el bastón con los dedos, y les convence de que por $5 tienen tres tiros para tirar las latas, y si lo logran se llevan… ¡una pulsera! (de punto colombiano, además). Nadie hasta ahora ha logrado tirarlas, y al hombre le va muy bien con su idea.
Un hombre con una apariencia desastrosa va por la plaza con trazos de hilo encerado para pulseras, pero sin hacer. Se acerca a la gente y le habla de la “pulsera de los deseos”, mientras hace tres nudos en dos hilos paralelos, frente a la persona, explicándole que cada nudo representa un deseo. Le insta a pedir los deseos en su mente, y una vez hecho esto, le ata la pulsera con los tres nudos a la mano, se la amarra, le quema el borde del amarre (para darle más esoterismo), y le comunica que cuando la pulsera se suelte, sus deseos se cumplirán. -¿Cuánto es?, le preguntan. -Cuarenta, responde él. -¿Cuarenta? ¡Es mucho! -Bueno, te lo puedo dejar a treinta. Y le pagan.
Pros: La originalidad y lo inusual paga muy bien, y solo quedalincharlosaplaudirlos.
Contras: ???
Tips: Ellos deberían dar los tips.
Espero con el tiempo manejar más de estas, pero por ahora el uke y las tres pelotitas pagan bastante bien. Pronto incorporaré el manguero, y con eso no quedará lugar que se me resista para súper vivir.
Pd: actualicé el diccionario de modismos argentinos, con más de veinte expresiones nuevas.